Los proveedores de pollos de KFC de todo el mundo (incluyendo Europa) producen animales de manera industrial, alimentándolos con drogas para forzar su crecimiento rápido e impidiéndoles un desarrollo normal. Aumentan de peso tan de prisa que sus alas se rompen y sus patas se quiebran. En el matadero, se les degüella en un proceso mecanizado, y luego sumerge en agua hirviendo. En muchas ocasiones, las aves están completamente concientes al ser quemadas vivas.
Los consejeros en bienestar animal de KFC han hecho muchas propuestas a la compañía para eliminar estas prácticas crueles, pero KFC se ha negado a ello.
Los más de 850 millones de pollos que mueren cada año para KFC son criados en bodegones sin luz solar, donde el piso está cubierto de excrementos y el aire está viciado de amoníaco. El reportero del New Yorker Michael Specter visitó unas de estas instalaciones y escribió “Casi caí inconciente por el penetrante olor a heces y amoníaco. Mis ojos quemaban y mis pulmones no podían soportarlo más… Ahí habían confinados unos treinta mil pollos que no se movían ni emitían sonidos… eran como estatuas de pollos, viviendo en la total oscuridad, donde pasarán cada minuto de su vida de seis semanas antes de ser llevados al matadero”.
Las patas y alas de los pollos se quiebran por la falta de nutrientes y la velocidad en que se les obliga a crecer. El trato que reciben por parte de los trabajadores también aumenta las lesiones.
Se les cuelga de las patas y degüella antes de ser sumergidos en tanques de agua hirviendo. Muchas veces la navaja no hace su trabajo, y las aves mueren sufriendo un intenso dolor.
KFC permite que sus trabajadores manipulen a los pollos como si se tratara de objetos inanimados. Estos empleados han sido sorprendidos cometiendo abusos sádicos contra estos animales. PETA posee vídeo donde se muestra trabajadores arrancándole la cabeza a pollos vivos, escupiendo tabaco en sus ojos, echándoles pintura en spray en el rostro y lanzándolos con violencia por los aires. Estos vídeos fueron grabados en el matadero que recibió el premio al “Mejor Proveedor del Año” por parte de KFC.
Existen investigaciones que documentan los abusos en las granjas industriales y mataderos que proveen a KFC de carne de pollo. El periodista Martin Coutts, escribió un magnífico artículo para el Sunday Mirror de Londres, uno de los más importantes periódicos del mundo. En él relataba una investigación secreta a uno de los mayores proveedores de pollos de KFC. Lo tituló “Estresados y moribundos sobre sus propias heces… Nadie sirve pollos como KFC”. Estudios similares se han realizado en proveedores de KFC de Alemania, Nueva Zelanda, India y Australia.
KFC se escuda tras el Consejo de Bienestar Animal de Estados Unidos, a pesar que ya cinco de sus miembros han renunciado por frustración. Uno de ellos, Adele Douglass, dijo al Chicago Tribune que KFC “nunca ha asistido a ninguna reunión. Ellos nunca han pedido ningún consejo a nosotros, pero no dudan decir a la prensa que trabajan de cerca con nuestro equipo. Me siento usada”.
Por favor, únase a Pamela Anderson, Sir Paul McCartney, Su Santidad el Dalai Lama, el Rev. Al Sharpton, y mucha otra gente alrededor del mundo que está en contra del abuso de animales y no coma en KFC.
Las patas y alas de los pollos se quiebran por la falta de nutrientes y la velocidad en que se les obliga a crecer. El trato que reciben por parte de los trabajadores también aumenta las lesiones.
Se les cuelga de las patas y degüella antes de ser sumergidos en tanques de agua hirviendo. Muchas veces la navaja no hace su trabajo, y las aves mueren sufriendo un intenso dolor.
KFC permite que sus trabajadores manipulen a los pollos como si se tratara de objetos inanimados. Estos empleados han sido sorprendidos cometiendo abusos sádicos contra estos animales. PETA posee vídeo donde se muestra trabajadores arrancándole la cabeza a pollos vivos, escupiendo tabaco en sus ojos, echándoles pintura en spray en el rostro y lanzándolos con violencia por los aires. Estos vídeos fueron grabados en el matadero que recibió el premio al “Mejor Proveedor del Año” por parte de KFC.
Existen investigaciones que documentan los abusos en las granjas industriales y mataderos que proveen a KFC de carne de pollo. El periodista Martin Coutts, escribió un magnífico artículo para el Sunday Mirror de Londres, uno de los más importantes periódicos del mundo. En él relataba una investigación secreta a uno de los mayores proveedores de pollos de KFC. Lo tituló “Estresados y moribundos sobre sus propias heces… Nadie sirve pollos como KFC”. Estudios similares se han realizado en proveedores de KFC de Alemania, Nueva Zelanda, India y Australia.
KFC se escuda tras el Consejo de Bienestar Animal de Estados Unidos, a pesar que ya cinco de sus miembros han renunciado por frustración. Uno de ellos, Adele Douglass, dijo al Chicago Tribune que KFC “nunca ha asistido a ninguna reunión. Ellos nunca han pedido ningún consejo a nosotros, pero no dudan decir a la prensa que trabajan de cerca con nuestro equipo. Me siento usada”.
Por favor, únase a Pamela Anderson, Sir Paul McCartney, Su Santidad el Dalai Lama, el Rev. Al Sharpton, y mucha otra gente alrededor del mundo que está en contra del abuso de animales y no coma en KFC.
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