domingo, 31 de agosto de 2008

Tortugas, ¡Cuídalas!


Una de las mascotas preferidas por niños y mayores es la tortuga de tierra. Se trata de un simpático animal cuyos cuidados no suponen un gran esfuerzo. Tener tortugas en casa resulta positivo para la educación de los niños que, entre otras cosas, aprenderán a adquirir ciertas responsabilidades como encargarse de su alimentación o del mantenimiento de su habitáculo.

Cuida a tu tortuga
Los conocimientos sobre las tortugas de tierra han avanzado mucho. Por ello, ya no es suficiente con abandonar al animal en el jardín y dejarlo a su albedrío. Estos reptiles merecen todo tipo de atenciones y son unos animales de compañía muy interesantes. Así, se puede ofrecer a una tortuga las mismas atenciones que a cualquier otro animal doméstico: alojamiento conforme a sus necesidades, alimentación nutriente y posibilidades de reproducción.
Algunas tortugas terrestres están protegidas por la ley, como es el caso de la tortuga mora (Testudo Graeca) y de la mediterránea (Testudo Hermanni). En ambos casos, está prohibida su captura y su vida en cautividad. Esto es imprescindible para que estas especies sigan poblando el planeta. No obstante, hay otras que, incluso, se pueden comprar en tiendas especializadas. Algunas de las más destacadas son: la tortuga de patas rojas (Testudo Carbonara), la de patas amarillas (Testudo Denticulata) y las tortugas de caja (Testudo Carolina).

Alojamiento y temperatura
Se ha de tener en cuenta que el alojamiento es uno de los aspectos más importantes a considerar a la hora de convertir a una tortuga en mascota. Los terrarios (recipientes con tierra) se tienen que amoldar a la cantidad y el tamaño de los animales que van a albergar.

Cuando estos reptiles son pequeños, un acuario viejo puede ser suficiente, pero al crecer es necesario comprar un recipiente de mayores dimensiones. Su altura debe ser de aproximadamente 30 centímetros para evitar las corrientes de aire. El fondo de este receptáculo se cubrirá con una capa de gravilla gruesa, rocas redondeadas y ramas secas, que aportarán comodidad al animal. Además, se ha de introducir en éste un cacito para el agua y otro para la comida. Para que el hogar de esta tortuga sea confortable, tendrá que disponer de calefacción e iluminación.

Al igual que el resto de los reptiles, las tortugas no tienen una temperatura interna constante. Por esto necesitan de fuentes externas de calor. Basta con unas lámparas infrarrojas, que permiten el calentamiento del terrario y de la tortuga sin elevar la temperatura ambiente. A pesar de todo, esto no es suficiente puesto que, de vez en cuando, hay que permitir que la tortuga reciba directamente los rayos del sol que van a optimizar la producción de vitamina D, saludable para su piel.

Por otro lado, es conveniente colocar en algún lugar del terrario un refugio y un recipiente. El primero sirve para que las tortugas puedan resguardarse ante los cambios de temperatura y para que pasen retiradas su hibernación en otoño. El recipiente, por su parte, sirve para adecuar el grado de humedad.

Cómo alimentarlas
Las tortugas terrestres pueden ser alimentadas con toda clase de verduras y frutas, como lechuga, tomate, zanahorias, ciruelas o fresas. Para completar su dieta se les puede dar un poco de carne, como hígado de ternera, carne picada, comida para perros, caracoles e insectos. Además, tienen que tomar calcio que se puede complementar con un bloque mineral o con preparados específicos.

Si se pretende que las tortugas se reproduzcan, hay que esperar a la primavera. Es en esta época del año cuando los machos pelean por lograr una hembra. Una vez fecundada, ésta excava rápidamente un hoyo en la tierra y deposita en él de seis a diez huevos. Tras dos meses, nacerán lindas tortuguitas.

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